EL DESNUDO EN SOCIEDAD
Desde que el Ser Humano, como especie, decidió que era
necesario cubrir su cuerpo para sobrevivir protegiéndose del frío, ya nunca ha
vuelto a desvestirse; y lo digo evidentemente en el sentido de su existir
cotidiano, en el de su experiencia de vida.
Aun trabajando con asiduidad con el cuerpo humano
desnudo en la disciplina artística que cultivo y siendo nudista convencido
desde hace ya “unos cuantos años”, no pretendo decantarme ni en este artículo,
ni en mi próxima conferencia que lleva por título El desnudo humano en la
sociedad actual, en favor de mi tendencia en cuanto a lo que se refiere a la
naturalidad del cuerpo humano tal cual es, pero sí creo que todos hemos de
aceptar, obviando tendencias personales, cuales son los orígenes y los motivos
actuales de este tabú.
Porque primero por necesidad de supervivencia y después
por los condicionamientos y normas sociales, el Hombre es hoy en día un animal
pensante absolutamente inadaptado no solo a su medio original, sino también a
la aceptación ante su entorno social de su estructura corpórea.
Nacemos desnudos y en principio ni siquiera somos
conscientes de nuestro propio cuerpo, que vamos descubriendo poco a poco. Y
cuando lo hemos descubierto, no sentimos vergüenza o pudor por no estar
tapados. Es la educación que recibimos y las normas sociales, ╾ a
las que también están sujetos nuestros padres ╾, las que dictan que debemos
de cubrirlo.
Han sido diversos a nivel general y muchos más a nivel
particular a lo que le deberemos sumar la interacción entre ellos, los
condicionantes que han contribuido a la “obligatoriedad” de cubrir el cuerpo,
además obviamente, de la necesidad clara también en nuestros días de la
supervivencia personal, - no me imagino en absoluto paseando desnudo en pleno
invierno por un bosque en las cercanías de Oslo (Noruega)… bueno sí, pero
contrayendo una pulmonía triple, por ejemplo -. Así que dejando de lado los
factores biológicos, me centraré en los que corresponden a la aceptación social
del desnudo humano en plena libertad y sin cortapisas.
Históricamente las religiones han tenido mucho que ver
en la “prohibición moral” en cuanto al hecho de mostrarse desnudo ante los
demás, ante la sociedad. La implicación directa del cuerpo desnudo con el sexo,
- craso error -, lo pecaminoso de lo sexual y su errónea perspectiva al
considerar su estatus únicamente procreador, han sido dictados básicos de
exclusión de la naturalidad del desnudo en las sociedades del mundo. Aunque no
ocurría así en ciertas sociedades en las que las religiones eran politeístas,
como la civilización egipcia, la romana y la griega por encima de todas, en la
que incluso para participar en la
Olimpiada, era obligatorio hacerlo desnudo.
Pero no solo las religiones han sido las responsables
de este tabú; hoy en día sin ir más lejos, la moda marca de alguna manera como
debe de ser nuestro cuerpo y así surgen los conceptos metrosexual, entre otros.
No seguir los patrones sociales hace que nos sintamos de alguna manera
“excluidos”; con todo, surgen incluso determinas fobias como la gimnofobia y la
nudofobia relativas al miedo extremo a la propia desnudez en público o incluso
en pareja y aún peor enfermedades como la anorexia, etc. capaces de llevar a
una persona a la muerte.
La visión explícita del desnudo humano solo ha sido
bien vista prácticamente desde siempre y hasta nuestros días, en el ámbito del
arte, en el que la civilización griega es el máximo exponente clásico y cuyo
máximo artífice en la actualidad lo tenemos en el fotógrafo norteamericano
Spencer Tunick, verdadero captador de masas. Incluso en las iglesias podemos
admirar, en los frescos que decoran el interior de sus cúpulas, angelitos
desnudos evidentemente representados por niños, ╾ según el arte clásico la
muestra de la inocencia ╾. Podemos también bajar al quiosco de la esquina
y encontrarnos en los escaparates publicaciones en las que en la portada hay
fotografías eróticas de cuerpos desnudos o semidesnudos, aunque estas
manifestaciones plenamente aceptadas hoy, comenzaron su andadura a principios
del siglo XX. El desnudo humano se ha comercializado por tanto. Pero entones…
¿por qué nos escandaliza el desnudo en carne y hueso?
Hoy en día son muchos los grupos naturistas organizados
que luchan a lo largo del planeta, por conseguir que la naturalidad del desnudo
sea aceptada, al menos legalmente, ya que si bien es cierto que ni se puede ni
se debe obligar a nadie a que vaya desnudo, tampoco se debería prohibir a nadie
el derecho a su desnudez pública por simple naturalidad, no por exhibicionismo
claro está y siempre dentro de unas normas de respeto hacia los demás. Los
movimientos naturistas que nacieron en Alemania en la década de 1960, tienen
cada vez más adeptos en todo el mundo. Así mismo también nos son familiares las
manifestaciones sociales al desnudo, que se suelen dar habitualmente por causas
justas como por ejemplo por el no maltrato de los animales, por los derechos
sociales etc., y no tan familiares las que se han desarrollado en algunos
conciertos de música clásica, etc. etc. aunque estos eventos son ciertamente
puntuales.
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