por un sendero que discurre por
un mar de piedras , cuidado con los tobillos, y con los chuscos que parece que en invierno
se desploman ladera abaja , Asi que un poco acongojados pasamos lo mas rapida y discretamente posible, Maravilloso, la gente camina sin hablar , supongo que por miedo a provocar una especie de alud , Es la primara vez en toda la excursión que la gente
guarda silencio y para lo que ya vamos
un poco ahogados , es toda una bendición no tener que responder preguntas ,
cuando ya te falta el fuelle
Hasta llegar al Paso de las
Garzas, donde vuelven a separarse los senderos señalizados, con lo cual volvemos a enfrentarnos a un
sendero sin señalizar ( o al menos no
fuimos capaces de encontrar las dichosas señales ) Y me temo que volvimos a despistarnos ,
porque la senda pronto se convierte en una especie de mar de piedras, que
joroban las articulaciones que no veas Luego nos enteramos que habia un camino mas
comodo pero mas largo , pero somos asi , que la vamos a hacer .
En resumen que tras una ascensión
de lo mas cargante, con riesgo de partirte los tobillos, y que en ocasiones nos
obligaba a ayudarnos de las manos, entre
un mar de piedras, llegamos a la Peña de las Diez
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